¿Por qué un plano bien hecho también cuida el planeta?

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Cuando pensamos en sostenibilidad en la construcción, solemos imaginar paneles solares, tecnologías verdes o materiales reciclados.
Pero, ¿alguna vez te has detenido a pensar en el impacto que puede tener un plano?

Mucho antes de colocar el primer bloque o encender la maquinaria, ya se están tomando decisiones que afectan directamente el entorno, los recursos y el resultado final del proyecto.

Porque sí: “un plano bien hecho también puede cuidar el planeta”.
Este no solo mejora la ejecución, también evita desperdicios, anticipa problemas y guía una obra más responsable con el ambiente.

¿Cómo impacta un plano en el medio ambiente?

  1. Evita correcciones en obra
    Cuando un plano está incompleto o poco claro, la ejecución se complica.
    Y con eso, llegan las correcciones de obra, el desperdicio de materiales y el consumo innecesario de recursos. Todo esto genera un costo ambiental: más escombro, más horas de maquinaria en funcionamiento y mayor uso de energía que podrían haberse evitado desde la planeación.

Además, el uso prolongado de maquinaria por trabajos repetidos puede incrementar la huella de carbono entre un 10 y  20%. En resumen, cada error técnico que se corrige en el sitio termina siendo también una carga ambiental acumulada.

  1. Optimiza recursos
    Un plano bien planteado permite calcular con mayor precisión la cantidad necesaria de materiales.
    Esto evita excesos, reduce el consumo y disminuye la generación de residuos en obra.
  2. Reduce el impacto en el entorno
    En obras cercanas a cuerpos de agua, zonas verdes o áreas urbanas, una buena planeación puede definir accesos, zonas de trabajo y logísticas que reduzcan las afectaciones al entorno.
    Incluso puede ayudar a conservar árboles existentes o minimizar el polvo y ruido generados durante la obra.
  3. Fomenta decisiones sostenibles
    Desde la etapa de planos se pueden incorporar estrategias como:
  • Mejor orientación solar
  • Ventilación cruzada
  • Iluminación natural
  • Uso racional del espacio

Diseñar considerando estos elementos no solo mejora la eficiencia energética, sino que evita soluciones forzadas o costosas más adelante.
Una muestra de ello es la orientación de ventanas en sentido norte-sur, que permite reducir el sobrecalentamiento interior”, disminuyendo así la necesidad de sistemas de enfriamiento artificial.

Planear bien es construir mejor  y también más responsable

Un plano bien hecho no solo define cómo se ejecutará un proyecto, también determina cuánto se va a consumir, cuánto se va a transportar y cuánto se va a desechar.

Cuando el diseño es preciso y completo, se optimizan los materiales desde el inicio y se reduce el uso prolongado de maquinaria, y esto genera un efecto directo en el medio ambiente.

Se estima que una buena planeación puede reducir hasta un 20 %, claro que ese porcentaje puede variar dependiendo el tipo de proyecto.

En tiempos donde la sostenibilidad ya no es opcional, hacer las cosas bien desde el principio también es una forma de cuidar lo que nos rodea. Y en la construcción, eso empieza en el plano.

Un buen diseño no solo debe ser funcional y estético, también debe prever.

Para lograrlo, hay prácticas básicas que marcan la diferencia:

  • Definir claramente áreas de obra y accesos temporales, para evitar afectaciones innecesarias al entorno
  • Calcular con precisión la cantidad de materiales para evitar excesos y desperdicio.
  • Considerar orientación, ventilación e iluminación natural desde el trazo inicial
  • Incorporar árboles existentes o respetar áreas verdes, cuando sea posible.
  • Reducir trayectos internos o movimientos innecesarios, que implican más recursos.

Diseñar con conciencia no significa complicar el proyecto. Significa anticipar y construir mejor.

REFERENCIAS

García, V. B. (2021, octubre 14). Cómo reducir la huella de carbono en la construcción. Knauf Industries.